Al saber porqué compramos, podemos saber cómo vender

Creemos que deseamos cosas todo el tiempo, pero en realidad, lo que deseamos es sentir cosas, como emoción, felicidad, calma, paz, realización…o sentirnos deseadas o deseados como personas o como marcas.

Deseamos cosas materiales, como un producto o un bien, por la emoción que despierta tenerlo. Seguridad de tener tu propia casa en determinada comunidad o barrio, independencia por tener o contar con determinado coche, status por vacacionar en cierto lugar, placer por tomar un café, helado o comida de una marca, y así.

El deseo es infinito, siempre somos deseantes, aunque alcancemos lo que buscábamos, enseguida vamos a tener un nuevo deseo que depende del nivel de consciencia. Porque lo que queríamos a los 20 no se relaciona con lo que queremos a los 40.
El deseo nace de la carencia, de no tener algo emocional. Y si ese deseo no se cultiva, se extingue momentaneamente comprando.

¿Cómo estas ofreciendo lo que vendes? ¿A qué emociones apelás? ¿Sabes si son las que tu público tiene y necesita cubrir consumiéndote?